Hace casi un mes estaba navegando por la red cotilleando por Facebook y no sé cómo llegue a la cuenta de una “amiga de amigo” (más bien amiga de AMIGOS, porque ya se sabe que con esta red social descubres conocidos en común con quien menos te lo esperas…) y bien, el caso es que la chica le recomendaba a una amiga suya que se metiera en la página online de ASOS, porque estaba de rebajas y demás, y que no dejara pasar la oportunidad, que era muy fiable, que ella ya había comprado varias veces allí, y que era todo un chollazo…patatín, patatán.
Para ponernos en situación, ASOS es una cadena británica de ropa, productos de belleza, accesorios y demás, que sólo vende vía online y que tiene un gran éxito (sobre todo en Reino Unido) aunque vende en todo el mundo.
Para ponernos en situación, ASOS es una cadena británica de ropa, productos de belleza, accesorios y demás, que sólo vende vía online y que tiene un gran éxito (sobre todo en Reino Unido) aunque vende en todo el mundo.
Volviendo a la historia, la chica le decía a su amiga que se metiera apresuradamente a la página de la cadena británica porque había una gran cantidad de ropa rebajada de la temporada pasada, y que merecía realmente la pena porque los vestidos, por ejemplo, pasaban de estar de 60 a 15€, y así con el resto de moda y complementos.
La verdad es que me metí por curiosear, y al final me llamaron bastante la atención algunos chollazos, por lo que acabé cayendo en la tentación, me animé, piqué, y compré. Una vez realizada la compra, te dicen una fecha aproximada de llegada…bien, pues mi fecha creo recordar que era 23 de octubre (unos 10 días hábiles desde que se realiza en encargo). Hasta aquí todo parece maravilloso, si no fuera porque a día de hoy (5 de noviembre) todavía no ha llegado nada a mi casa… ¡Oh Dios mío!, pensé hace unos días…por lo que me dispuse a poner una reclamación para saber que había pasado. En una hora aproximadamente, me contestaron que tuviera paciencia, que lo sentían mucho, y que mi pedido estaba seguro a punto de llegar, pero que no fuera impaciente y que si a día 12 de noviembre todavía no había llegado, que me volviera a poner en contacto con ellos para que pudieran tomar las medidas adecuadas...
Y aquí estoy todavía, esperando que llegue el vestido que me pensaba poner la semana pasada (que ilusa soy), o en su defecto esperando que llegue el día 12 para poderles cantar las cuarenta (o que me devuelvan mi dinero directamente).
¿Cómo terminará la historia? Eso me gustaría saber a mí…
Prometo publicar la resolución en una II parte de “Las compras online: o cómo Marina fue timada por una multinacional británica”.
Próximamente, aqui. ;)
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