Ha llegado el gran momento, pocos días quedan ya para Navidad, y las clases han acabado o están a punto de hacerlo… Se respira buen ambiente en todos los sentidos y las calles se llenan de gente; hace mas frió de lo normal (para que negarlo), pero esto no impide que también sintamos el gran afán de CONSUMISMO que nos rodea en estas fechas…
Y es que son fechas de amor, de estar con la familia, de reencuentros, de volver al hogar y de un largo bla, bla, bla…pero también de comprar, no nos engañemos.
¿Y a quien no le ha fastidiado comprarse alguna prenda para navidades, para uno mismo o para hacer un regalo, y luego encontrársela el 7 de enero (día oficial de las rebajas por excelencia) por la mitad de su valor? Eso es algo que fastidia, (por no emplear otra palabra) y mucho además.
Y es que por que no decirlo: ! Que vivan las rebajas!
Y mas ahora que desde hace un tiempo estamos atravesando la famosa “crisis”, que no ha dejado indiferente a nadie…Pero no nos engañemos porque no es oro todo lo que reluce, ni todas las rebajas son igual de significativas que otras, pero siempre ayudan aunque sea para rellenar el fondo de armario…